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La vulnerabilidad de las familias ante la ocupación de sus viviendas

Ian Mateu • 24 de octubre de 2024

En los últimos años, el fenómeno de la ocupación de viviendas en España ha cobrado mayor relevancia social y mediática, debido a un aumento en el número de casos reportados y a la preocupación creciente de los propietarios afectados. Este fenómeno, que incluye tanto la ocupación de viviendas vacías como la entrada ilegal en casas habitadas, ha generado un debate intenso sobre las políticas de vivienda, la protección de la propiedad privada y los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad. Ciertamente muchas personas que ocupan una vivienda sufren una situación de vulnerabilidad social y debe haber medios públicos para atajarla, pero no nos estamos ocupando de la vulnerabilidad sobrevenida de las familias que ven ocupadas sus viviendas y los efectos psicológicos derivados del mismo.


La vulnerabilidad de las familias afectadas

 

Para las familias propietarias de viviendas ocupadas, la experiencia es traumática. No solo enfrentan la pérdida temporal de su propiedad, sino que a menudo deben lidiar con procesos judiciales complejos y largos. La vulnerabilidad de estas familias proviene de varios factores:

 

1. Procesos judiciales lentos y complejos: Recuperar una vivienda ocupada puede convertirse en un proceso largo y agotador. Los propietarios deben iniciar procedimientos judiciales, que en ocasiones pueden tardar meses o incluso años en resolverse. Durante este tiempo, no tienen acceso a su propiedad, y en muchos casos continúan pagando los gastos asociados a la vivienda, como hipotecas, impuestos y suministros.

2. Protección insuficiente de los propietarios: Aunque el Código Penal español contempla el delito de usurpación, en muchos casos la ley no ofrece una protección efectiva a los pequeños propietarios. Las reformas legales en 2018 y 2020, que buscan acelerar los desalojos de viviendas ocupadas, no siempre resultan efectivas, especialmente en casos en los que la ocupación se produce en viviendas habitadas o de primera residencia.

3. Implicaciones emocionales y psicológicas: La ocupación de una vivienda puede generar un gran impacto emocional en las familias afectadas. El hecho de ver invadido su hogar, un espacio íntimo y personal, crea una sensación de impotencia y vulnerabilidad. Además, el desgaste emocional derivado de los largos trámites legales y la incertidumbre sobre cuándo podrán recuperar su vivienda agrava la situación.

4. Costes económicos: Para muchas familias, la ocupación ilegal de su vivienda supone un golpe económico importante. Además de los costes legales para intentar recuperar la propiedad, los propietarios pueden enfrentar daños en la vivienda, la pérdida de ingresos si la propiedad estaba alquilada y la carga de seguir cubriendo los gastos asociados a la propiedad.


Efectos psicológicos adversos en las familias que ven sus casas ocupadas

La ocupación ilegal de viviendas es un problema creciente en España, que afecta tanto a la primera como a la segunda residencia de miles de familias. Aunque la dimensión económica y legal del problema es evidente, el impacto psicológico y emocional en los propietarios suele estar menos visibilizado. Para quienes ven invadida su propiedad, el proceso de recuperación de la vivienda no solo implica un desgaste económico y legal, sino también una profunda afectación psicológica.


La ocupación como invasión del espacio personal

El hogar, ya sea la primera o segunda vivienda, representa un espacio de seguridad, privacidad y control. Es el lugar donde las personas encuentran refugio frente al mundo exterior y donde establecen una conexión emocional fuerte. La ocupación ilegal de una vivienda es vista por muchas familias como una invasión directa de su intimidad. Al tratarse de un lugar que contiene no solo objetos materiales, sino recuerdos, sentimientos y la esencia misma de una familia, la ocupación genera un sentimiento de violación emocional muy profundo.

 

Para muchos propietarios, especialmente aquellos cuya primera vivienda ha sido ocupada, el simple hecho de saber que desconocidos han accedido a su espacio personal produce un choque emocional devastador. Esta intrusión afecta directamente su percepción de seguridad, generando un miedo constante a nuevas invasiones, incluso después de recuperar la vivienda.


Estrés y ansiedad: el impacto inmediato

Uno de los efectos psicológicos más comunes tras la ocupación de una vivienda es el desarrollo de altos niveles de estrés y ansiedad. Las familias afectadas, especialmente si se trata de su residencia habitual, suelen experimentar una gran incertidumbre ante la situación. El proceso de recuperación de la vivienda es largo, y el hecho de no poder acceder inmediatamente a la propiedad crea una sensación de impotencia.

El estrés surge en varias etapas del proceso:

1. Descubrimiento de la ocupación: El primer impacto emocional ocurre cuando la familia se entera de que su vivienda ha sido ocupada. Este momento puede estar acompañado de sentimientos de incredulidad, ira y desorientación.

2. Inicio de los trámites legales: A medida que los propietarios comienzan los trámites judiciales para recuperar su hogar, la burocracia y los plazos judiciales pueden aumentar la ansiedad. La frustración por la lentitud del proceso, la falta de respuestas inmediatas y el miedo de que los ocupantes dañen la propiedad generan una enorme tensión emocional.

3. Incertidumbre constante: Durante el tiempo en que la vivienda está ocupada, las familias pueden sentirse en un limbo emocional, sin saber cuándo podrán recuperar su propiedad. Esta incertidumbre es una de las principales fuentes de ansiedad.

4. Consecuencias financieras: A menudo, los propietarios deben seguir pagando hipotecas, impuestos o servicios de la vivienda ocupada, lo que genera una carga financiera adicional. Esto contribuye a agravar el estrés, ya que la ocupación no solo afecta emocionalmente, sino también económicamente.


Sentimiento de impotencia y vulnerabilidad

Otro efecto psicológico recurrente es la sensación de impotencia. Las familias que ven ocupadas sus viviendas suelen sentir que han perdido el control sobre su propiedad y, por ende, sobre una parte crucial de su vida. Esta pérdida de control es profundamente desestabilizadora. Muchas veces, los propietarios no pueden entrar a sus viviendas ni evitar que los ocupantes dañen el inmueble, lo que agudiza este sentimiento.

 

La impotencia puede derivar en un estado de vulnerabilidad constante. Quienes pasan por esta experiencia comienzan a dudar de su capacidad para protegerse y proteger a su familia, lo que puede llevar a una mayor desconfianza hacia su entorno y hacia las instituciones que no les ofrecen una respuesta rápida. Esta vulnerabilidad en la salud mental se suma a la vulnerabilidad social al no tener la capacidad de recuperar la vivienda y afrontar costes de una nueva vivienda en un mercado cada vez más tensionado y rehacer una vida en el seno de una familia en las que suele haber menores, cuya protección debería ser aún mayor. 

 

Además de los efectos emocionales individuales, la ocupación de una vivienda también puede afectar la dinámica familiar. En muchos casos, la tensión y el estrés acumulados por el problema generan conflictos entre los miembros de la familia. Las discusiones sobre cómo manejar la situación, el estrés económico y la incertidumbre sobre el futuro pueden erosionar las relaciones familiares, especialmente si el proceso de recuperación de la vivienda se prolonga durante meses o incluso años.

 

En las familias con niños, el impacto puede ser aún mayor. Los menores, que dependen de un entorno estable y seguro, pueden desarrollar miedos y ansiedades a raíz de la ocupación de su hogar. Los padres, por su parte, enfrentan la difícil tarea de tratar de proteger emocionalmente a sus hijos mientras ellos mismos están lidiando con el estrés y la frustración. 


Trastornos emocionales a largo plazo

En casos más graves, la ocupación de una vivienda puede desencadenar trastornos emocionales más profundos. Uno de los trastornos más comunes es el trastorno de estrés postraumático (TEPT), que puede surgir tras experiencias altamente estresantes y traumáticas. Aunque el TEPT está más asociado con situaciones de violencia o desastres naturales, la ocupación de una vivienda puede generar un impacto emocional similar para algunas personas.

El TEPT puede manifestarse a través de los siguientes síntomas:

• Reviviendo la experiencia: Las familias que han sufrido la ocupación de su hogar pueden revivir mentalmente el momento en que descubrieron que su vivienda estaba ocupada, o experimentar ansiedad intensa cada vez que piensan en ello.

• Evitar recordar: Algunas personas tratan de evitar hablar o pensar en la ocupación para no revivir el dolor emocional. Esto puede derivar en una represión de las emociones que a la larga resulta dañina.

• Aumento de la alerta “hipervigilancia”: Las personas afectadas pueden desarrollar un estado de hipervigilancia, es decir, estar siempre en guardia, temiendo que algo similar vuelva a ocurrir. Esto puede afectar su capacidad para relajarse y llevar una vida normal.

 

La segunda vivienda: ¿es menor el impacto?

A primera vista, podría parecer que el impacto psicológico de la ocupación es menor cuando se trata de una segunda vivienda, ya que no afecta directamente la residencia habitual de la familia. Sin embargo, para muchas personas, la segunda vivienda también representa un espacio de descanso, ocio y desconexión. Es el lugar donde las familias pasan tiempo de calidad, especialmente durante vacaciones o fines de semana.

 

La ocupación de una segunda vivienda puede destruir ese espacio emocionalmente valioso. Saber que la propiedad ha sido invadida puede generar un estrés similar al que se experimenta con la primera residencia, aunque con matices diferentes. La sensación de haber perdido un refugio, sumado a los problemas legales y financieros asociados, puede ser igualmente angustiante.

 

En algunos casos, los propietarios de segundas viviendas se ven obligados a renunciar a ellas después de la ocupación, debido a la falta de recursos o la frustración emocional que genera el proceso. Este abandono puede dejar una huella emocional duradera, ya que representa la pérdida no solo de una inversión económica, sino también de un espacio importante para el bienestar emocional de la familia.

Estrategias de afrontamiento y apoyo psicológico

 

Dado el profundo impacto psicológico que puede tener la ocupación de una vivienda, es crucial que las familias afectadas reciban apoyo emocional adecuado. Algunas estrategias de afrontamiento pueden incluir:

1. Búsqueda de apoyo psicológico profesional: Hablar con un psicólogo o terapeuta puede ayudar a procesar las emociones generadas por la ocupación y a desarrollar herramientas para manejar el estrés y la ansiedad. La terapia cognitivo-conductual es particularmente útil en estos casos, ya que ayuda a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos.

2. Apoyo legal especializado: Contar con un abogado especializado en ocupación de viviendas puede reducir el estrés, ya que los propietarios sienten que están en manos de profesionales que conocen los procedimientos legales y pueden guiarles adecuadamente.

3. Redes de apoyo: Buscar apoyo en familiares, amigos o grupos de personas que hayan pasado por experiencias similares puede ser una fuente de alivio emocional. Compartir la experiencia y sentirse comprendido puede reducir el aislamiento y el estrés.

4. Recuperación del sentido de control: Las familias pueden beneficiarse de adoptar medidas prácticas para recuperar el sentido de control sobre su situación. Por ejemplo, mejorar las medidas de seguridad de la vivienda o establecer un plan de acción claro con el abogado puede ayudar a reducir la sensación de impotencia.

 

La ocupación ilegal de una vivienda es un evento devastador, no solo en términos legales y financieros, sino también psicológicos. Las familias que ven invadido su hogar experimentan una serie de efectos emocionales adversos que pueden prolongarse mucho después de que se haya recuperado la propiedad. 

 

Desde el estrés y la ansiedad inmediatos hasta trastornos emocionales a largo plazo, el impacto psicológico de la ocupación debe ser reconocido y tratado con la misma seriedad que sus implicaciones legales.

 

Por esta y otras muchas razones te invitamos a formar parte de nuestra plataforma ciudadana – APDP – a fin de que puedas defender tu DERECHO A LA PROPIEDAD PRIVADA y al tiempo ayudar despejar individualmente, pero desde un entorno colectivo y fuerte, todas las incertidumbres que a fecha de hoy nos amenazan en forma de estrés, ansiedad, incertidumbre y absoluta precariedad.

Por Ian Mateu 15 de abril de 2025
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ha puesto en su punto de mira a herencias y a herederos . El pasado lunes, el líder del PSOE compareció para anunciar su enésimo plan de vivienda , aunque una parte de su discurso se lo dedicó a las casas que los padres legan a sus hijos tras su fallecimiento. En plena escalada de precios de la vivienda y tras 6 años de mandato, Sánchez presentó 12 medidas inmobiliarias para intentar solucionar un problema causado, principalmente, por la falta de oferta . Sin embargo, el plan de Sánchez gira en torno a más dinero público, más impuestos, un nuevo chantaje a los propietarios y medidas liberticidas, lo que no augura ninguna solución.  Amenaza velada a las herencias Dentro de sus propuestas relativas a la vivienda, en el discurso de Sánchez llamaron la atención unas declaraciones que ya han sido interpretadas como una amenaza velada a los herencias. "Nos estamos enfrentando a un problema grave, muy serio, de enormes implicaciones sociales, económicas y políticas que exige de una respuesta decidida del conjunto de la sociedad y, por tanto, de las instituciones públicas" señaló Sánchez. "Y si no lo hacemos, la sociedad europea y española va a acabar dividida en dos clases de personas: las que reciben una o varias casas de sus padres , y pueden por ello dedicar el grueso de sus ingresos a formarse o viajar, y las que se pasan la vida trabajando para pagar un alquiler y llegan a la vejez sin ser propietarios de la casa en la que viven" añadió. Alrededor de esta reflexión de Sánchez surgen numerosas incógnitas. Las principales son ¿cómo piensa evitar el presidente del Gobierno que haya herederos? ¿está planeando algún tipo de traba? También cabe preguntarse si es que el líder del PSOE cree que las herencias son un juego de suma cero , en las que, cuando aumenta el capital de los herederos disminuye el de los inquilinos. Resulta llamativo que en las dos Españas de Sánchez no existan los ciudadanos que se compran su propia vivienda con su esfuerzo y trabajo (ya sea para vivir o como inversión para alquilar). Tras escuchar las palabras de Sánchez, el abogado de Herencias.es , David Fernández, considera que la táctica del líder del PSOE es "la del globo sonda: decir una bestialidad para que cuando intervenga parcialmente en las herencias vía impuestos , la gente se vea aliviada". El letrado señala que para prohibir las herencias "Sánchez tendría que modificar el Artículo 33 de la Constitución, que reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia, y no va a llegar hasta ahí". Fernández añade que "si se prohibieran las herencias, se dispararían las donaciones, ¿también prohibiría las donaciones? No tiene sentido". Montero quiere subir Sucesiones Cabe recordar que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero , tiene un especial interés recaudador sobre el legado de los fallecidos. Y es que, la socialista lleva clamando por subir Sucesiones en las regiones donde lo tienen más bajo desde que fuera consejera de Hacienda en Andalucía con el equipo de Susana Díaz. Hace unos meses, la socialista volvía a apostar por la "armonización fiscal" y, en concreto, por aumentar la tributación a las herencias en las regiones que tienen el Impuesto de Sucesiones más bajo o desaparecido, como Madrid o Andalucía. Ya lo ha hecho con Patrimonio, y todo apunta a que el siguiente paso será Sucesiones. Además, la de las herencias no es la única amenaza del Ejecutivo a los propietarios de vivienda en los últimos meses. En el marco del 41 Congreso Federal , el PSOE planteó una extensa batería de medidas económicas entre las que destacó la aplicación de "un impuesto especial progresivo a la propiedad a partir de la tercera vivienda ". De momento, no se conocen más detalles.
Por Ian Mateu 9 de abril de 2025
El conocido abogado mallorquín, Carlos Barceló , ha conseguido algo nada frecuente. Ha convencido al juzgado de Instrucción número 4 de Palma para proceder al desalojo exprés de un grupo de personas que había okupado una vivienda en la capital balear en tan solo diez días. Según ha podido saber OKBALEARES , ante el delito de usurpación de vivienda denunciado, el letrado remitió un escrito al juzgado interesando el desalojo «como medida cautelar». Y el juzgado, estimando la petición, ha ordenado el desalojo de las personas que se habían hecho fuertes en la vivienda. La petición de medidas cautelares apenas tiene precedentes en España y mucho menos con resultado exitoso. Barceló no ha llegado a utilizar la nueva legislación. Con la anterior le ha bastado para desalojar a los okupas.  Los propietarios de una vivienda de alto standing en una zona privilegiada de Palma denunciaron ante la Policía Nacional los hechos, la okupación de la lujosa vivienda por un grupo indeterminado de personas formado por un matrimonio y otras personas que no han sido identificadas. Acto seguido, acudieron al despacho de Carlos Barceló para que llevara la tramitación judicial para conseguir su expulsión. Es algo para lo que normalmente la demora es de meses o años en los peores casos. Con lo que nadie contaba es que al abogado se le ocurriera pedir medidas cautelares el primer día que asumió el caso. A los diez días la policía, por mandato judicial, los expulsó de la vivienda. Baleares es una de las comunidades con más viviendas okupadas, según refleja un informe del Instituto de Estudios Económicos. En concreto, señala que el índice de ocupaciones en relación con el número de viviendas vacias por comunidades autónomas de las Islas es de 113. Desde el citado organismo explican que se ha tomado como base 100 para el conjunto de España, por lo que el peso de la ocupación sobre las viviendas vacías en las Islas es mayor que en el total nacional un 13 %. Se trata de «niveles relativamente altos de okupación en relación con sus viviendas vacías», señalan desde el citado organismo . Baleares tiene actualmente un total de 518 viviendas en venta con okupas, lo que supone un 1,7% del total de inmuebles que hay a día de hoy en el mercado. La gran mayoría de ellas se encuentran en Palma, donde hasta 213 viviendas que se venden están okupadas (2,9%), según datos del cuarto trimestre del año pasado del portal inmobiliario Idealista. Se trata de un fenómeno que hace unos años era completamente inexistente en España y ahora las viviendas en venta con okupas suponen el 2,6% de la oferta en todo el país. Y es que este primer estudio revela que un total de 20.464 viviendas en venta de toda España reconocieron sufrir un proceso de okupación durante el cuarto trimestre de 2024. Según el portavoz de Idealista, Francisco Iñareta, los datos ponen de manifiesto la especial relevancia que tiene este fenómeno tanto para el mercado en sí mismo como para la percepción que del mismo tienen los propietarios, y supone un lastre más para la recuperación de la oferta en el mercado.
Por Ian Mateu 9 de abril de 2025
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