PROPIETARIO VULNERABLE: UN PROBLEMA INTERGENERACIONAL

Es un contribuyente de 55 años con un salario medio de aproximadamente 50.000 €; con un disponible después del Impuesto sobre la Renta de 35.636€.
Se compró su vivienda habitual en el año 2007 solicitando una hipoteca a 30 años que finalizará en 2037. Los gastos habituales por la cesta de la compra, letra del coche, gastos de los dos hijos en edad escolar y pre universitaria, cuota hipoteca, coste alarma, seguro de la vivienda, contribución IBI , tasas alcantarillado, luz, agua, gas…. ascienden a 25.520€. Después de más de 30 años de trabajo cotizando en la seguridad Social y con mucho esfuerzo por sacar la familia adelante ha conseguido unos pequeños ahorros.
Consciente de que el sistema nacional de pensiones está quebrado técnicamente y reacio a arriesgar los ahorros de toda una vida en un seguro privado, planifica su futuro en vistas de su jubilación prevista para 2034 y decide en el año 2022 invertir todos sus ahorros aproximadamente 150.000 € (incluye un pequeño legado de su tía soltera) en la adquisición de una vivienda que destina al alquiler. Solicita una hipoteca de 100.000€ a 12 años que finalizará en 2034 coincidiendo con la fecha de su jubilación y alquila la vivienda a un precio que le permite hacer frente a las cuotas de la hipoteca, tributos, tasas y demás gastos de la vivienda.
Aparentemente ha conseguido una mínima estabilidad económica y se ha asegurado su jubilación, siempre y cuando los ingresos y gastos de la vivienda alquilada estén garantizados. Asimismo, consciente del problema habitacional que rodea a sus hijos se siente realizado por poder legar el día de mañana una vivienda a cada uno de sus dos hijos, tras años y años de mucho esfuerzo, privaciones personales y sacrificios.
Recientemente no puede conciliar bien el sueño. La precariedad del derecho de la propiedad privada en España y la absoluta indefensión de los propietarios inmobiliarios acrecientan día a día su temor ante el riesgo de convertirse en una persona vulnerable como consecuencia de constante erosión de sus derechos otrora formalizados ante Notario y debidamente inscritos en el Registro de la Propiedad, pero hoy sin valor legal alguno.
En el caso de que su vivienda habitual o la que tiene en alquiler sea ocupada por un ocupante ilegal ó por un inquiocupa hará que no pueda hacer frente los gastos que conlleva la titularidad de la propiedad: cuota hipotecaria, coste alarma, seguro de la vivienda, contribución IBI , tasas alcantarillado, luz, agua, gas. Esta más que posible situación le generará una deuda con el banco y los organismos públicos de más de 12.000€ al año, y perderá su casa y los ahorros de más de 30 años de trabajo. Asimismo, el problema se agravará más cuando ya esté jubilado y los ingresos sean inferiores llegando a tener un déficit de más de 14.000€ al año.
Bajo esta presión ambiental está visitando regularmente a un psicólogo y realiza consultas periódicas a un amigo abogado con la esperanza de recibir buenas noticias. Sin embargo, la respuesta legal es siempre la misma: “Querido amigo el Estado nos ha traicionado. Estamos vendidos y sin porvenir. Toda la vida trabajando y ahora …”
Consecuencia del temor constante que le acompaña le han diagnosticado algún que otro cuadro de depresión y ha sufrido arritmias y problemas con la tensión. Su único consuelo son sus dos hijos de 15 y 17 años. ¡Hijos míos confío que todo mi esfuerzo sirva para algo!. Se repite una y otra vez, una y otra vez……

