Un grupo de sintecho se hace fuerte en el interior del Baluard del Príncep

Una de las mejores vistas que ofrece Palma esconde en sus entrañas un nuevo capítulo de la cruda realidad que forma parte también del paisaje de la ciudad. La crisis habitacional y la falta de vivienda ha llevado a que la okupación y la multiplicación de asentamientos de sintecho se expandan a lo largo y ancho de la ciudad. Incluso hasta uno de sus lugares más emblemáticos, en el corazón de la muralla y a pocos metros de una zona cotizada o un hotel de lujo, cuyos huéspedes son testigos directos y diarios de un asentamiento de personas indigentes, sin hogar que se han hecho fuertes en el Baluard del Príncep, concretamente en los espacios destinados a un futuro centro de interpretación.
Un espacio que es Bien de Interés Cultural (BIC) y monumento histórico que data del siglo XVI y cuyo proyecto de reforma sigue a la espera de finalizarse después de paralizarse las obras por la quiebra de la constructora. Unos trabajos que debían finalizar en 2022 y, por ahora, dejan un rastro de suciedad, dejadez, ratas, grafitis... y sintecho. Tanto en el interior del Baluard del Príncep como bajo el puente de la Plaça de la Porta del Camp.
Espacios en los que días atrás tuvo que intervenir Emaya, reforzada con la vigilancia de la Policía Local, para despejar una zona insalubre en la que todavía quedan restos de material de construcción abandonado y multitud de residuos y suciedad acumulados, que se suman al agua estancada en el exterior. Algo que contrasta con el interior de la muralla, donde los sintecho intentan mantener unos mínimos de limpieza dentro del contexto en el que les ha tocado vivir.
Uno de los sintecho, caminando por las estancias. Foto: Miquel Àngel Cañellas
Pacíficos
Eso, en su exterior. Dentro, en unos espacios totalmente despejados y visibles desde la calle, cuyo vallado ha sido asaltado y derribado en algunos tramos, reside una decena de personas. La mayoría, de origen subsahariano, africanos. Pacíficos y que están allí «por necesidad. Es mejor que estar en la calle», asegura el portavoz del grupo, que acompaña al redactor y el fotógrafo de Ultima Hora por las salas.

