LA GRAN VERDAD QUE NOS PREOKUPA

La propaganda populista tiende exageradamente a la proclamación de falsos mitos e idearios fantasma que no son ni han pertenecido jamás a la realidad más fehaciente.
En una España profundamente polarizada conviene recordar a los ciudadanos que existe una gran diferencia entre ideología política y la Ley. La primera es etérea y cambiante en función del contexto social, mientras que la segunda – la Ley – es estructural y en algunos casos atemporal.
De la ideología surgen conceptos, unos más quiméricos y otros más consolidados. De la Ley nacen, directamente, los tres elementos estrictamente esenciales para cualquier sociedad moderna: derechos, obligaciones y libertades.
Frente a lo injustificado de los dogmas antisistema, es obligado informar a todos los ciudadanos que la primera potencia económica y santo sanctórum del comunismo mundial acaba de aprobar recientemente su Ley de Propiedad Privada, de tal modo y como bien explica Rafael Domingo, Catedrático de la Universidad de Navarra, implica que el Gobierno Chino podrá afianzar sus conquistas en materia económica sin poner en riesgo su modelo político e iniciando así su travesía hacia su progresiva conversión en un auténtico Estado de Derecho.
“Ni la libertad ni el Estado de Derecho son posibles sin Propiedad Privada”. Esta aseveración del autor Richard Pipes se fundamenta en el trabajo de ilustres historiadores económicos como Douglass North o Tom Bethell quienes coinciden en que “es inviable el desarrollo económico de un país sin plenas garantías al Derecho de la Propiedad Privada”.
De igual forma, Pipes reclama el reconocimiento universal de “la gran y radical dimensión política y legal de los derechos de propiedad”, hasta el punto de afirmar con palabras del juristaJeremy Bentham que “donde no hay ley no hay propiedad, y donde no hay propiedad no hay ley”
Si existe un caso paradigmático que acredite todo lo anterior es Noruega. El país escandinavo considerado como el mayor y mejorEstado benefactor y que cuenta con la mayor tasa mundial de gasto público es a su vez uno de los Estados más proteccionistas del derecho a la propiedad privada mediante un estricto estado de derecho donde no caben las expropiaciones, ni la planificación estatal ni barreras de entrada impuestas por la burocracia, como describen los coautores Victor Becerra y Miguel A Cervantes.
Así pues, confiamos, desde nuestra Asociación Pro Defensa a la Propiedad Privada, que la desmitificación de falsos mitos invite a los responsables políticos de nuestro país a alcanzar un pleno consenso para la defensa de este derecho histórico y fundamental para nuestra democracia, nuestra economía y nuestra paz social.
Por la promoción de una auténtica Ley Antiocupación, únete a nuestra asociación de ciudadanos preokupados.

